viernes, 5 de noviembre de 2010

Cambiando de tercio, ahora toca una crítica literaria. Acabo de terminar un libro que tenía pendiente de hace tiempo, la obra de nuestro "Dire", don Santiago Solano, "Flor de Acebos". En esta ocasión no quiero analizarla en plan técnico pero con trasfondo amistoso, cómo suele pasar en estos casos sino como un lector que no conociera de nada a este gran escritor y cayese el volumen por casualidad en sus manos. Además como un simple currito de a pie que aprovecha el rato empleado en el transporte público para leer algún texto elegido al azar.
Bien tengo que decir que la primera parte, digamos la de relatos cortos me gustó bastante, algunos me parecían excelentes, si bien, según avanzaba por las páginas, aquellos se iban haciendo más complejos lo que dificultaba su lectura en ese ambiente público del tren de cercanías que no es precisamente la Biblioteca Nacional, quizás en la tranquilidad del hogar, leyendo despacio y reflexionando sobre cada palabra, hubiese sacado más jugo a esa parte central que me parece un tanto experimental, donde Santiago juega con el lenguaje y con las ideas que éste viene a expresar, trata de hallar caminos nuevos y esto fatiga al lector apresurado, aunque seguro hay quien le sacaría gran provecho. Luego, la segunda parte es una colección de micro cuentos, algunos tienen sólo unas líneas, y entre ellos abundan los geniales, a otros los encuentro demasiado "micro" y por eso sin duda no llegan a impactar en el lector superficial como era en esta ocasión mi papel. Bien, en conjunto es una obra muy recomendable, pero para saborearla como merece, es necesario leerla despacio, al menos en su parte central. Gracias Santiago por regalarnos con tus obras porque en todo caso, has llenado mi tiempo y no he dejado de aprender de tu maestría, y perdona si algo de lo dicho no fuera de tu agrado. Un abrazo.